Felisberto Hernández (1902-1964 Montevideo – Uruguay) fue pianista, compositor, escritor y catalogado como el “raro” de la literatura latinoamericana. Sus escritos se centraron en objetos antropomorfizados y, al mismo tiempo, en humanos que son llevados a la dimensión de objetos. El cuento que hoy leo muestra sutilmente ese rasgo. También es el cuento que recomendaría para empezar a leer a este gran escritor.
En «Explicación falsa de mis cuentos» un texto publicado en 1950 por el propio Felisberto, afirma que sus cuentos : “No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una teoría de la conciencia. Esto me sería extremadamente antipático. Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos no tienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es desconocida” , “Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia”
Para escuchar este cuento, agarren una pelota mientras a la vez desean otra pelota y olviden el ser adultos. También pueden escucharlo tomando un café o recostados en un sillón o saliendo a correr. Pueden no escucharlo o hacerlo como les plazca. Nada es una orden, ni siquiera sugerencia.
Gracias por estar del otro lado.
Majo