Hoy dejo el audio de mi lectura de este conmovedor poema de Mercedes Roffé (poeta, traductora, editora argentina) de su libro «Cámara baja».
En una entrevista de 1998 la poeta dice de dicho poema:
…es uno de los poemas en que las máscaras de lo masculino y lo femenino asumen las voces del Esposo, la Esposa, aunque en el poema no aparecen expresamente así. Creo que los motivos centrales del poema, en el momento en que lo escribí, eran las palabras Alma –o Almita– y la acción de enterrar. Ése era el centro de varias líneas de asociaciones. Desde hacía tiempo tenía en mente la película de Ken Russell, en la que Alma Mahler corre de un lado a otro, tratando de silenciar todo, de cuidar cada detalle para que nada haga ruido, para que nada perturbe la inspiración de Gustav, su marido, al tiempo que entierra al pie de un árbol sus propias composiciones. De la acción de silenciar, y silenciarse, y de la imagen de enterrar la propia obra surge la imagen de enterrar como acto, ya no de sumisión, sino de rebeldía: Antígona enterrando a Polinices a pesar dela prohibición del rey. En el camino de las asociaciones, la palabra Alma vuelve a aparecer, ahora como el nombre íntimo que podrían darse dos amigas. Pero, claro, como no es un cuento de hadas, ni una plataforma política, en el diálogo dela Esposa con la Amiga quedan –no del mismo modo, pero sí como restos o resabios– los ecos de esos mandatos conocidos: “No cantes”, “Entiérrame”, el silenciar y el pedir ser silenciada, el único modelo de relación/diálogo que esa voz conoce.
Ahora solo queda que lo escuchen y se entreguen a la cadencia de la letra
Majo